Hacia Dios, por el bien y la ciencia:
Hola, con el gusto y el placer de estar una vez más con
ustedes, conocer el tiempo, saber llegar a tiempo, darle tiempo al tiempo, es
algo tan difícil de comprender, pero hoy buscaré darles mi opinión acerca del
tiempo. Sé que el tiempo lo vemos como el
espacio que tenemos para vivir, mal o bien, pero decimos que aún tenemos tiempo
si estamos en la madurez de nuestras vidas, los niños no se fijan en el tiempo,
tienen mucho tiempo a su favor, los jóvenes no saben apreciar el tiempo, lo
malgastan en destruirse, no todos, pero sí la mayoría entra en una cápsula de
ignorar el tiempo, se revelan porque les pedimos que sean más rápidos en sus
responsabilidades, que el tiempo apremia, y ellos no tienen la misma idea de
ver y sentir el tiempo. Los adultos llegamos a mostrar un interés por respetar
los tiempos para el trabajo, la educación de los hijos, conciencia familiar y
diversión, además de los aspectos religiosos de cada quien. Y que dicen
nuestros adultos mayores, que el tiempo se acaba, que no hay más tiempo y que
faltó tiempo para corregir errores, para ser mejores seres humanos. Yo creo y
sin temor a equivocarme, que el tiempo es único para cada individuo y este lo
va a aplicar según el tiempo que haya vivido. El tiempo cura, sana, ayuda a
limar asperezas en una familia, en relaciones de pareja, dicen que el tiempo no
perdona, pero yo digo que el tiempo premia, y premia con creces a quien tiene
tiempo para vivir, vida para tener tiempo y tiempo para vivir mejor. Recuerda
que no hay mañana y lo que con certeza tienes es TIEMPO.
Receta de hoy
La receta de hoy es para que no te olvides de hacer oración
por los problemas y necesidades de tus semejantes, amigos y enemigos. Pon en un
plato blanco dulces y haz oración para enviar luz y progreso espiritual para
aquellos que son tus amigos y tus enemigos, bendice tus palabras y da gracias
al universo por lo que recibes, después de 9 días de oración, obsequialos a los
niños, jóvenes o adultos que tú quieras.
La vida no empieza en la cuna, ni termina en la sepultura.
Que el Gran Poder de Dios te acompañe e ilumine tu camino, maestro Yako.
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